PARECE QUE NO PUEDE SER VERDAD

El día 31 de diciembre Natalia, una de nuestras voluntarias, empezó su peor pesadilla.
Iba de viaje con sus dos de sus perritos SUC y COCO, a pasar el fin de año con unos amigos a un pueblecito de las montañas de Huesca. En el trayecto pararon para descansar de la conducción y para estirar un poco las piernas.
COCO salió del coche corriendo para jugar, con la mala fortuna que mientras brincaba por la zona cayó al canal. Natalia, se quedó atónita. Viendo que no podía rescatarla cogió el coche a toda velocidad y fue a por ella un poco más a bajo de la canalización. Sin pensárselo dos veces se lanzo al agua para salvarla.
Pudo cogerla y fueron juntas durante unos minutos pero la corriente del agua y el nerviosismo del momento fueron haciendo mella en Natalia, hasta que perdió totalmente las fuerzas. El agua arrastró a Coco hacia otro lado y Natàlia la perdió de vista. Nuestra voluntaria estaba exhausta, así que se dejó llevar por la corriente hasta que notó con unos de sus pies unos matorrales que le posibilitarían la salida. Envuelta por la impotencia y encarnizándose manos y brazos logró salir gracias a los zarzales. Muerta de frío bajo hasta la carretera a pedir ayuda. A todo ello, sus amigos que solo encontraron el coche a pie de carretera se temían lo peor.
Natalia, tuvo que ser atendida por hipotermia y de las heridas de los brazos en el Hospital de Barbastro.
Las imágenes de la fatídica tarde se le repetían en la cabeza constantemente. El agua había arrastrado a la pobre Coco exhausta y muerta de miedo. Natàlia estaba convencida que su perra se había ahogado. Al cabo de unos días, y sin ningún tipo de esperanza, quiso comprobar que el cuerpo de Coco había sido encontrado en las rejas de la central hidroeléctrica donde va a parar el agua. Para su sorpresa, ningún operario había recogido un animal muerto desde hacía tiempo…Una luz de esperanza se abría ante ella. Tenaz en su empeño de encontrarla, volvió al lugar y empezó a buscar a COCO por la zona del incidente, acompañada por amigas y voluntarias de la prote.

Hicieron una primera batida el día 5 de enero, pero sin éxito. El desánimo ya afectaba a Nat físicamente. Solo pensaba en su perrita, en las poquísimas posibilidades que había de encontrarla – y menos con vida - debido a la falta de comida y sobretodo las bajas temperaturas.
¡¡No quiso rendirse!! Y gracias a ello, el día 6 tuvo su mejor recompensa y el mejor regalo de Reyes que podía desear. A pesar de haber pasado 6 días de la desaparición, COCO permaneció a la espera al otro lado del canal, sentada y segura de que su mama iría a por ella. Y su mamá fue muy bien acompañada, pues Alicia, una de nuestras voluntarias incondicionales se presentó con pocas esperanzas, pero aun menos ganas de marcharse a casa con las manos vacías. Así que rastrearon la zona llamándola. De repente, Ali notó una presencia, algo que la miraba… cual fue su sorpresa cuando se encontró de frente a Coco, que había salido de entre los matorrales al oir su nombre, sollozando y contentísima de que la hubieran ido a buscar.
El rescate se complicó debido a que Natàlia tuvo que quedarse para calmar a Coco y evitar que se tirara de nuevo al agua, mientras Ali tenía que encontrar a toda prisa algún paso para atravesar al otro lado del canal. La zona era desconocida para ellas, abrupta, resbaladiza y llena de zarzales. Estuvieron más de una hora y media, pero el reencuentro hizo que las magulladuras, caídas…quedaran en una mera anécdota.

Solo nos queda agradecer a todos aquellos que han colaborado desinteresadamente en un final tan feliz y emotivo.

Nota: Alguna vez habíamos escuchado vivencias realmente asombrosas de los animales con sus dueños; pero cuando uno vive una en primera persona es indescriptible.
No dejamos de sorprendernos de las hazañas, resistencia, fidelidad y perseverancia en que son participes los animales.
De todos modos, si algún día os pasa algo parecido, intentad mantener la cabeza fría y no os tiréis NUNCA a un canal que no conocéis: vuestro perro podría salvarse y quedarse sin papás… Natàlia y Coco tuvieron muchísima suerte, pero hay otras historias que no tuvieron un final felíz.