Los hechos habrían tenido lugar el pasado día 12 de junio, cuando el propietario del animal, S. C. C., residente en la Bordeta, discutió con su pareja y se fue con su mascota a casa del vecino de enfrente. El hombre estaba tan alterado que tiró a su mascota en un arrebato por el hueco de la escalera desde un cuarto piso, siendo testigos varios vecinos del inmueble, explicaron en la protectora.Al ver que la perra seguía con vida, el propietario bajó las escaleras, salió a la calle y lanzó al animal contra un coche para rematarla, tal como relataron los vecinos, que recogieron al cachorro y lo llevaron al veterinario, donde estuvo ingresada hasta las cuatro de la madrugada. Al día siguiente, los vecinos denunciaron el caso a la Protectora Lídia Argilés, que se encargó de presentar la denuncia pertinente por maltrato contra un animal. La perra sobrevivió y se recupera en la protectora leridana, pero ha sufrido hematomas internos, magulladuras y se ha agrietado el coxis. Esta última lesión, indican los veterinarios, se curará gracias a que se trata de un cachorro. Desde la protectora aseguraron que tomarán medidas para que el propietario de la perra, que habría maltratado a su mascota reiteradamente, no pueda adoptar más animales de protectoras catalanas o obtener el animal de ninguna perrera municipal. Además, animaron a las personas a que denuncien cualquier maltrato del que tengan noticia.
Un delito tipificado con penas de entre 3 meses y un año de cárcel .El maltrato de animales es un delito tipificado en artículo 337 del Código Penal vigente que establece que “los que maltrataren con ensañamiento e injustificadamente a animales domésticos causándoles la muerte o provocándoles lesiones que produzcan un grave menoscabo físico serán castigados con la pena de prisión de tres meses a un año e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales”.
Las protectoras denuncian que cada año son miles los animales maltratados en Cataluña. Y no sólo eso, el número de animales –principalmente canes– abandonados en Lleida se ha prácticamente doblado en menos de un año. La tendencia no parece que vaya a remitir con el inicio del verano, cuando tradicionalmente aumentan los abandonos.
OTRO CASO SIMILAR EN ALBORAYA ( VALENCIA ) Septiembre del 2006
Una mujer arroja a su perro desde un octavo piso porque "merodeaba" junto a sus piernas y le "molestaba"
Una mujer de 44 años que arrojó a su perro, un beagle de unos 15 kilos, desde un octavo piso, tras lo que se fue a tomar un café y a tomar un baño a la playa.
Enfermiza frialdad
A las 7.30 de la mañana, la presunta "homicida" de su can se asomó al balcón, miró hacia abajo, y le preguntó a unos obreros que trabajaban en una fica cercana: "¿Pasa alguien?".
Los operarios, extrañados, le contestaron que no.
Después de lanzar al perro bajó a la calle, se metió en el bar y se tomó un café.Lo que sucedió después ya se lo pueden imaginar. La mujer cogió a su perro y, sin mediar palabra, lo arrojó al vacío.
El animal murió en el acto.
"Ha sido muy fuerte (...), después de lanzar al perro bajó a la calle, se metió en el bar y se tomó un café", ha declarado uno de los obreros que presenció lo ocurrido -en declaraciones recogidas por el diario Las Provincias-.
Tras tomarse el café, la presunta "asesina" de su perro se acercó al cadáver del animal y, según aseguran testigos presenciales, le dijo que luego le subiría a su casa.
Detenida
La Policía tuvo que acudir a la playa a buscar a la presunta "homicida" de su perro, donde fue detenida y trasladada al cuartel de la Guardia Civil de Tavernes Blanques.
En dependencias policiales, la mujer sólo argumentó -según el diario Las Provincias- que "el animal estaba merodeando junto a sus piernas y le molestaba".
Además, allí se comprobó que esta misma mujer, que vivía sola y que ya había sido detenida a principios de verano por arrojar electrodomésticos por la ventana, abandonó a un perro hace un par de años.
Ahora, y tras la reforma del Código Penal realizada en octubre de 2004, estos gravísmos y habituales actos se castigan con penas que oscilan entre 3 meses y un año de cárcel.
Enfermiza frialdad
A las 7.30 de la mañana, la presunta "homicida" de su can se asomó al balcón, miró hacia abajo, y le preguntó a unos obreros que trabajaban en una fica cercana: "¿Pasa alguien?".
Los operarios, extrañados, le contestaron que no.
Después de lanzar al perro bajó a la calle, se metió en el bar y se tomó un café.Lo que sucedió después ya se lo pueden imaginar. La mujer cogió a su perro y, sin mediar palabra, lo arrojó al vacío.
El animal murió en el acto.
"Ha sido muy fuerte (...), después de lanzar al perro bajó a la calle, se metió en el bar y se tomó un café", ha declarado uno de los obreros que presenció lo ocurrido -en declaraciones recogidas por el diario Las Provincias-.
Tras tomarse el café, la presunta "asesina" de su perro se acercó al cadáver del animal y, según aseguran testigos presenciales, le dijo que luego le subiría a su casa.
Detenida
La Policía tuvo que acudir a la playa a buscar a la presunta "homicida" de su perro, donde fue detenida y trasladada al cuartel de la Guardia Civil de Tavernes Blanques.
En dependencias policiales, la mujer sólo argumentó -según el diario Las Provincias- que "el animal estaba merodeando junto a sus piernas y le molestaba".
Además, allí se comprobó que esta misma mujer, que vivía sola y que ya había sido detenida a principios de verano por arrojar electrodomésticos por la ventana, abandonó a un perro hace un par de años.
Ahora, y tras la reforma del Código Penal realizada en octubre de 2004, estos gravísmos y habituales actos se castigan con penas que oscilan entre 3 meses y un año de cárcel.
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