MERECE UNA VIDA MEJOR

Cuando te dedicas a ser voluntario de una protectora de animales has de saber que existen premisas indiscutibles e inevitables cuando conviven más de un centenar de animales bajo un mismo techo. Es algo habitual pero no frecuente que animales del mismo sexo se enfrenten entre ellos y más al convivir juntos con la misma comida y la misma mano que les da de comer. La esterilización de mascotas es ,sin duda, un gran remedio para disminuir la territorialidad de la que los machos se hacen partícipe en numerosas ocasiones, por ello en nuestro refugio, las peleas entre nuestros peludos son muy puntuales y casi inexistentes pero, como explicamos, no inevitables por la superpoblación a la que nos vemos sometidos.

El pobre ROSSET tiene ya 13 años. Lleva toda su vida en la protectora y no conoce otra cosa pues , prácticamente nació en ella. Jamás ha tenido el calor de un hogar y, ahora , al final de su vida, otro perro le ha dado una tunda. ROSSET, anciano, no pudo defenderse y, aunque el ataque fué breve, su débil cuerpo está pagando las consecuencias y de qué manera. ROSSET permanece ingresado en nuestro veterinario de referencia, con sueroterapia y alimentándole prácticamente con la mano. Sus fuerzas no le permiten levantarse y su vida se apaga como una vela. Dice el veterinario que quizás, si se recupera un poquito y pudiera estar en una casa con cariño y mimos, pudiera salir de ésta pero que su regreso a la protectora es impensable por su delicadísimo estado de salud. MONTSE lo ha apadrinado pero no puede hacerse cargo de él y, desde nuestra protectora, hacemos un LLAMAMIENTO URGENTE a algún corazón bondadoso que quisiera ser su casa de acogida mientras le encontramos un hogar para que ROSSET viva sus últimos años en el hogar que nunca tuvo. Por supuesto, el refugio asumirá todos los costes de su recuperación pero nos urge encontrarle un hogar y una persona que le cuide.


POR FAVOR, nosotras no podemos darle el hogar que se merece, estamos desbordados y ahora ROSSET que nunca ha pedido nada, nos pide ayuda, nos mira suplicando un ápice de cariño, un mínimo del amor que él está dispuesto a dar, para que su vida, lo que queda de ella sí tenga un sentido. Si ROSSET se va , sin haber conocido el calor de un hogar, se irá una parte de los corazones de todas la/os voluntaria/os que, minuto a minuto, seguimos su evolución con la esperanza de que ese alguien, que seguro está en algún lugar, venga a recogerlo.