LA HISTORIA DE UN ABANDONO

Nuestra MARÍA, voluntaria activa de nuestra protectora y administradora de nuestro foro ha querido dedicar este relato commovedor para que todos reflexionemos un poquito.....Gracias María, ya sabes que te queremos un montón ;-)

No se porqué, pero de repente me he visto solo, mis amos no estaban, me he asustado mucho, he empezado a buscarlos, al principio estaba tranquilo por que sabía que estarían cerca, que me estaban gastando una broma, seguro que estaban jugando al pilla pilla como otras veces. Al rato me he empezado a desesperar, su olor se alejaba, ya no los sentía, todo empezaba a ser muy extraño. Los he empezado a buscar, a llamar con mis aullidos, pero no obtenía respuesta.
Estaba en un sitio desconocido para mi, nunca había estado allí, no sabía cómo volver a casa, empiezo a seguir su olor, que cada vez se aleja más, corro y corro para llegar a ellos cuanto antes. Se han despistado, no se han dado cuenta y me han dejado aquí, estarán pasándolo mal también buscándome, tengo que encontrarlos como sea.
Llevaba ya dos horas, el olor ya había casi desaparecido, parecía magia, no lo entendía. Empiezo a pedir ayuda a algunos que se parecen a ellos, les muevo la colita y les sonrío a mi manera, pero se asustan, se apartan e incluso alguno me grita.
Ya habían pasado muchas horas, no sé cuantas, estaba hambriento, sediento, ya caía la noche y seguía sin saber porqué mis amitos ya no estaban conmigo. No sé hacía donde ir, los coches me pitan y me gritan, estoy muy asustado.
Yo sigo confiando que los voy a encontrar, pero al final rendido busco un huequito entre los matorrales y descanso, llevo días sin dormir, ni comer, nadie me hace caso, como mucho alguno me mira con cara de pena, pero nadie me dice dónde están mis amitos, con los que yo jugaba, me daban comida, íbamos a muchos sitios, presumían de mi y yo estaba orgulloso de estar entre ellos, los quería mas que nada en este mundo, no alcanzaba a entender que podía haber pasado.

Me duermo y sueño con ellos, con sus voces, sus caricias, me despierto pensando que estoy en casa con ellos, pero no, sigo allí, solo, sucio, mojado, algunos bichos se han puesto en mi piel y me pica todo, tengo heriditas de los matorrales, me duelen las patitas, tengo mucha hambre, no sé cuantos días llevo buscándolos.
No quiero darme cuenta que estoy solo, pienso que los voy a encontrar. Veo unos niños a lo lejos y me acerco, empiezan a gritar y me tiran piedras, los padres me gritan también y les permiten que me peguen, estoy muy triste y asustado, no entiendo porqué me hacen eso, no les he hecho nada, solo pido una caricia, que alguien me ayude.
Ya estoy muy delgado, me siento débil, pierdo la esperanza, desconfío de la gente y tengo miedo a los coches y a cualquier ruido. Dejo de soñar con mis amos, ya sueño solo con el miedo, con el hambre y no tengo fuerzas para seguir.
Cuando ya pensaba que moría, que me iba sin encontrar a mis amitos, sin saber que había pasado, cuando ya me derrumbaba se me acerca una chica. Me habla con voz dulce, quiere acercase a mi, pero yo no me fío y me alejo, meto la colita y tiemblo, no quiero que me tiren piedras, o me griten, tengo miedo que me hagan daño, estoy débil y no me puedo defender, además mi humor ha cambiado. La chica simpática sigue intentándolo, no desiste, ella me habla con una dulzura que estas semanas no había oído ni una sola vez. Ella se agacha y me llama. Voy confiando y me acerco poco a poco. Al final confió en ella, veo que no me quiere hacer daño, veo que es una persona que quiere darme lo que hace muchos días buscaba, una caricia.

Me acerco asustado y con respeto. Ella ,efectivamente ,me acaricia, me habla muy dulce y triste, incluso veo que se emociona, que quiere ayudarme, sé que quiere ayudarme. Empiezo a mover la colita despacio, me dejo acariciar contento, no me creo que por fin alguien me dé cariño. Pienso que ella me buscaba y que me llevará con mis amos.
Voy en una furgoneta y llego a un sitio que tampoco conozco, no es casa de mis amos, veo que no me llevan allí. Me bajan con cariño, me miran las heridas y me las curan, me dan de comer y de beber, me ponen cositas para quitarme los bichos, yo me dejo hacer todo por que veo que me quieren ayudar, que me dan cariño, que son buenos.
Ya por fin sé que no voy a ver a mis amos, veo más compañeros como yo, muchos como yo, que esa chica y sus amigos también han ayudado, estamos todos abandonados, cada uno tiene una historia diferente, algunos mucho más dura que yo, cuando pensaba que peor no se podía pasar.
Por lo menos he encontrado unos amigos, estoy con ellos, me cuidan y me dan cariño, a mí y a 200 como yo. Nos quieren y se preocupan por nosotros. Vienen cada día y todos les queremos mucho. Somos una gran manada, todos jugamos y por fin vuelvo a recuperar las ganas de vivir, se que ellos me han salvado y siempre les estaré agradecido.
Veo que algún compañero se va marchando, no sé si con sus amos que los han encontrado o con quien, se van y no vuelven. Mis nuevos amigos cuando se van se ponen muy contentos, dan las gracias a esas personas, tiene que ser algo bueno y yo también quiero que me pase eso a mi.
Cada vez que veo que viene gente nueva y nos acaricia y nos dice cositas, yo intento estar muy simpático, hago gracias, quiero que se fijen en mi, porque sé que es algo bueno, algo bueno puede pasar.
Un día una señora, se fija en mí, me hace mas caso que a los demás, mis compañeros me miran confirmándome que estoy teniendo suerte que me han elegido. Mis cuidadores me ponen guapo y me dicen cositas, que me porte bien, que sea limpio, que me echarán de menos, pero que me verán, que seguirán conmigo.
Me voy a una casa con un jardín muy grande. Mis nuevos dueños me han comprado una camita súper chula y duermo esa noche un poco asustado y desconcertado pero contento. No hago ruido y digo nada para que no se enfaden conmigo, sé que si mis salvadores me han dado a estas personas es por algo.
Realmente soy feliz, tengo unos nuevos amitos, estos me dicen que no me preocupe, que son para siempre, me quieren mucho y yo los adoro, ahora si he conocido a las personas buenas, ahora si que tengo familia y ahora sé que mis amos anteriores me abandonaron.
Solo espero que mis compañeros tengan la misma suerte y deseo que ningún perrito vuelva a ser abandonado, que solo los adopte la gente que está segura, la gente que quiere un compañero para siempre, no para un ratito, por que realmente lo pasamos muy mal. Por eso escribo esta carta a través de una de nuestras salvadoras, ella sabe lo que le he querido contar, con mi mirada y con mis gestos.

Gracias a todos los que nos ayudáis, sin vosotros estaríamos solos en el mundo!!!

Escrito por María Almela, a través de los ojos de mis peludos, especialmente dedicado a ÉRIC, un perrito que recogí y era especial y que ahora es feliz con Caridad, una mujer estupenda que lo cuida como a un rey!!