Sorky das Pont, un caballo de carreras, dio su último trote en
el hipódromo de Manacor, en Mallorca, al recibir un golpe en la
cabeza.
http://noticierostelevisa.esmas.com/internacional/545174/matan-caballo-palos-perder-carrera/
Uno de los propietarios decidió partirle el cuello con un palo por perder
una competencia.
La Guardia Civil española arrestó al hombre de 38 años por haber asesinado al
equino, el pasado 30 de diciembre.
El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA),
inició una investigación al exhumar el cadáver del caballo.
El imputado fue detenido sólo durante unas horas para declarar los hechos de
maltrato animal.
Eugenio S., autor de las lesiones mortales de Sorky, dijo
que los tres premios en disputa apenas sumaban 500 euros, pero al ver que el
caballo perdió la carrera la ira lo invadió.
La federación de trote y otras entidades oficiales reclaman una dura acción
judicial y disciplinaria.
Con anterioridad Sorky había generado 6 mil euros en ganancias a sus dueños
A veces un suceso como la
muerte de un caballo a golpes, es el revulsivo que necesitamos para denunciar
sin tapujos todo lo que acontece en los submundos del deporte
hípico.
El caballo, que durante 10.000
años ha estado íntimamente ligado a la historia del hombre, es uno de los
animales más maltratados. Todo el mundo sabe que le ha acompañado en guerras y
conquistas, ha labrado el suelo que nos ha dado alimento, y él mismo lo ha sido
y lo sigue siendo absurdamente, en muchos lugares.
Irónicamente, ahora que ya no
necesitamos su sacrificio para matarnos unos a otros, él se ve envuelto en una
aureola de “artículo de lujo” y por ende, nadie se para a pensar en todas las
barbaridades a las que es sometido, os hago un resumen lo más corto posible de
su etiología y fisiología.
Es un animal herbívoro, presa
de muchos depredadores, su supervivencia depende de su temor a cualquier
estimulo que pueda implicar un peligro y de su velocidad en la huida. En los
pocos miles de años que lleva junto a nosotros, le hemos privado de la compañía
de su manada, que es el núcleo fundamental de su vida, le hemos privado de la
hierba, su alimento por excelencia, obligándole a comer concentrados proteicos,
que dañan su delicada mucosa estomacal, y le producen cólicos dolorosísimos y a
menudo mortales (es la 1ª causa de muerte en los caballos domésticos). Le hemos
encerrado aislado y solo, en cuadras oscuras y diminutas (boxes, el mismo nombre
lo indica) cuando por naturaleza es claustrofóbico pues en su estado natural,
vive en praderas, permanentemente acompañado por los suyos.
Y después de torturarlo
durante siglos en nuestras guerras en las que morían a millones tras horas de
agonía con los vientres reventados por la metralla, últimamente, o los jarretes
cortados y cosidos a flechas, en todas las batallas de la antigüedad, en la
actualidad hemos encontrado nuevas y refinadas formas para seguir sometiéndolos
al martirio.
Se les obliga a saltar, en
concursos absurdos, más y más alto, en contra de su fisiología que, sí que les
permite saltar en alguna ocasión para salvar su vida pero no saltar una y otra
vez, horas y horas de entrenamiento cayendo todo su peso en los frágiles huesos
de las manos, lo que produce caballos artríticos en edades muy
tempranas.
En el polo se le obliga a
cargar a toda velocidad contra otros caballos, recibe tales tirones del bocado
que solo hay que ver cualquier foto de ese “deporte” para ver como se les salen
los ojos de las órbitas del dolor y del miedo.
En las carreras de velocidad,
los jockeys golpean constantemente en la grupa a los caballos para que crean que
un depredador los está alcanzando (lo sienten como un zarpazo) y corran lo más
velozmente posible.
Y en las de trote, el suplicio
es aún más refinado, pues se les obliga a huir a golpes de látigo, pero mediante
sofisticados artilugios, como filetes elevadores y dobles riendas se les impide
prácticamente balancear el cuello y salir a galope que es el aire natural que
emplean en la huida, pues en la naturaleza el trote casi no se utiliza. Tanto en
las carreras de galope, como en las
mixtas salto y velocidad (Grand National etc) como en las de trote, el
caballo está en un estado de pánico permanente, pues el correr perseguido por lo
que él siente como un depredador y acompañado de la estampida de los demás, le
mantiene aterrorizado.
En todos los casos, todos los
caballos que no dan los tiempos, no cubren las expectativas de sus jinetes, o ya
han sobrepasado la edad adecuada (en carreras unos 6 años) son puestos a la
venta en subastas a precio de carne y terminan sus días en el matadero o en
hípicas inmundas.
Y en prácticamente el 99% de
los casos, todos los jinetes montan a sus caballos, sea para el uso que sea con
hierros en la boca “bocados” que se ha demostrado que producen un dolor
lacerante en la delicada mucosa de la encía que está llena de terminaciones
nerviosas como la nuestra por lo que la tortura es continua en cualquier caso
Creo que si amamos de verdad a
los animales y tenemos la suerte de compartir nuestra vida con un caballo, la
única relación ética posible es la de tenerlo como un amigo, compartir largos
paseos con él a pie y si en algún momento el caballo nos permite montar sobre su
dorso, hacerlo suavemente, agradeciéndole que nos permita por un ratito
sentirnos especiales.
Leonor Díaz de
Liaño
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